Tradicionales Ibéricos

Los instrumentos fundamentales de la gaita zuliana, ya mencionados, se describen a continuación. En el Maracaibo de hace unos cincuenta años, se incluían, cuando las condiciones lo permitían, otros instrumentos como el piano e incluso algunos de viento. Hoy en día, la influencia comercial ha determinado la presencia en nuestra gaita de furro de algunos componentes electrónicos. En las primeras formas de gaita se conjugaron los cánticos de misa que enseñaban los misioneros católicos, la percusión de las tamboras, el característico sonido cultural del furruco, las maracas y la charrasca.
De esa extinta tradición algo se conserva, relata Montiel, "aunque hoy se ha profesionalizado con la creación de agrupaciones gaiteras, la gaita se aprende a tocar en familia, en las barriadas, en las calles, en las esquinas. Los niños aprenden de unos a otros, a tocar la tambora, la charrasca o el furro". "Se colocaba una bandera en casa de uno de los vecinos", a manera de señal, de convocatoria, "y ahí se daba una gaita, es decir, se hacía una reunión para gaitear". Desde sus inicios, la gaita zuliana era más bien un hecho vecinal, recuerda León Magno Montiel. Los primeros cantos relacionados a la gaita fueron aportados por los cánticos que enseñaban en misa los misioneros católicos españoles. En su historia, ha sido la protesta, el reclamo o la crítica in style la que ha dado fuerza a la gaita. Por tradición, la gaita había sido vinculada a la devoción católica en honor a Santa Lucía, que se celebra el 13 de diciembre y cuyo templo se encuentra en el emblemático barrio El Empedrado de la ciudad de Maracaibo. Un ritmo festivo, alegre, bailable, que se ha vinculado a las fiestas decembrinas a lo largo de los años.
El término gaita es igualmente correcto en singular o plural, aunque los gaiteros suelen referirse a las gaitas como «los tubos», «un conjunto de tubos» o «un soporte de tubos». Uno de los datos históricos del instrumento se da en el año four hundred a.C. cuando Aristófanes, un poeta de origen ateniense, hace mención de un grupo llamado los gaiteros de Tebas, además menciona que estos instrumentos eran elaborados de piel de perro y huesos. El momento en el que este instrumento hizo aparición en los pueblos célticos aún se encuentra en discusión. La mayor popularidad de la gaita se dio en el siglo XII cuando el desarrollo musical en diferentes lugares europeo tuvo lugar.
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Ya hemos llegado a unas fechas en las que existen las viejas gaitas que hoy poseemos y que nos ayudan a darnos una concept del pasado y del área de extensión geográfica del instrumento a principios de siglo. «En cuanto a otros músicos de instrumentos altos que estuvieron al servicio del monarca , llama la atención el hecho de que durante varios años, fueran éstos casi de forma exclusiva juglares de cornamusa. El número de juglares de la especialidad que tuvo empleados en su casa osciló entre tres y cinco durante los años 1345 a 1356, luego se quedó sólo con uno durante el período bélico anteriormente señalado, y entre los años 1378 a 1381 consta que eran dos las cornamusas a su servicio». Otra cuestión de importancia capital es la formación de gaiteros, hay muchos jóvenes en las capitales que se interesan por el instrumento, pero en los pueblos cuesta muchísimo, por falta de paciencia en el aprendizaje. Los antiguos gaiteros de nuestros pueblos, siempre han dicho y creído firmemente, que si no se forraban los tubos de la gaita con piel de serpiente, ésta no sonaba bien.
En la actualidad son fabricadas en acero inoxidable y su tamaño es hasta de 40 centímetros de largo y un diámetro de dos pulgadas. Instrumentos acompañantes por excelencia, presentes en casi todos los grupos musicales y folklóricos de Venezuela.
Generalmente está compuesta, como los otros tipos de gaita, por un estribillo con tres versos octosílabos, excepto algunas composiciones libres de autores como Luis Ferrer o Neguito Borjas. Suele orientarse a la conquista de la mujer soñada a través del verso gaitero, aunque muchos ortodoxos de la gaita no la consideran como tal.
La gaita se debe tocar con la cabeza erguida, el fuelle bien colocado bajo el brazo, el roncón nunca paralelo al suelo y el soplete bien colocado en la boca. Ronquillo, es el tubo que sale del fuelle paralelo al ronquete, que está afinado igual que la tónica del puntero.